BLEACH, STAND UP BE STRONG:  https://www.youtube.com/watch?v=zcX25e1pblI 

Ethel y Úrsula habían caído en un prado enorme. Uno, donde Albert había preparado especialmente para ellas. Úrsula veía que se encontraba muy lejos de su hija y al mirar más profundo, veía con terror que de entre las sombras del bosque, salía Hécate con una sonrisa sobre su rostro.

—     Pobre niña— dijo la maestra Hardbroom acercándose a Ethel quien se encontraba inconsciente en el suelo.

—     ¡NO LA TOQUES! — Gritándole Úrsula fúrica, tratándose de poner de pie— deja a mi hija en paz— parándose con dificultad

Úrsula sangraba de la frente, encontrándose mal herida por la caída. Veía impotente como Albert ahora en el cuerpo de la señorita Hardbroom tomaba el cuerpo de su hija. Alzándolo con su telequinesis, manejándola como si de un simple títere se tratara. La acerco hasta ella, acariciándole delicadamente su cabello. Sonriendo, mientras veía a su madre.

Úrsula convoco a su escoba y esta fue rápidamente en dirección a su dueña. Y sin perder tiempo, se abalanzó contra Hecate lanzándole rayos para que se apartara de Ethel, pero sin efecto alguno. Este se había estrellado con un ser deforme que estaba saliendo de entre la tierra.  La señorita Hardbroom tan solo la miro con satisfacción. Al saber que jamás llegaría a ella, haciéndole ver como su hija perdía la vida. Esa sería su mejor venganza contra Amelia, y contra toda su decendencia.  Algo que había hecho por años, en convertirlos en personas llenas de odio y de rencor.

Alzo una de sus manos y del suelo empezaron a salir más cuerpos de brujas muertas. Ahora tan solo espectros de lo que habían sido un día. Úrsula miro alrededor y quedo horrorizada por encontrarse en aquella situación. Pero eso no la detuvo, el miedo de perder a Ethel la impulsaba a seguir adelante.

—     ¡Apártense de mi camino! —  volviendo a lanzar rayos de sus manos, adentrándose en aquella oscuridad

Ethel fue recuperado poco a poco su consciencia. Despertando confundida y adolorida. Viendo como su madre trataba desesperadamente de abrirse paso por ese mar de muertos, lanzando rayos y maldiciones a aquellos espectros. Pero cada vez que lograba satisfactoriamente librarse de algunos, más salían de entre la tierra.  Arrastrándola hacia atrás, impidiendo que lograra llegar hasta su hija. 

—     ¡Madree! — gritaba Ethel— Por favor para, ¡detente! Are lo que me pidas, pero déjala ir— volteando a ver rápidamente a su antigua maestra de pociones.

—     ¡¡Ohh!! Ethel hay algo que me muero por contarte.

Úrsula no dejaba de pelear, encontrándose realmente desesperada por no encontrar alguna abertura. Trato de mantener su mente fría, pero el ver a Ethel a merced de Albert le resultaba algo difícil de hacer.

—     ¡Bien! ¿¡Quieren jugar sucio!? — dijo Úrsula reuniendo una enorme cantidad de poder— dos pueden jugar el mismo juego— abalanzándose nuevamente contra ellos, absorbiendo el poco poder que tenían.

Los espectros lentamente empezaron a desaparecer, solo para que mas ocuparan su lugar. Fue en ese momento cuando Úrsula estallo aquella concentración de energía, esparciéndose por todo el lugar. Dándole tan solo una oportunidad para ir en contra de Albert.

—     No cabe duda que es una Hallow— hablándole al oído mientras miraba a su madre— ¿Sabes? ella jamás tuvo la intención de cuidarte.

—     ¿Qué? — dijo Ethel confundida.

Hécate volteo y forzó a los espectros en inmovilizar a Úrsula. Sabia que mientras el existiera, los entes fantasmales jamás desaparecerían. El les prometía algo que jamás tuvieron en vida. Venganza.

Hinco a Úrsula en el suelo, quería verla de cerca cuando tomara la vida de su hija frente a sus ojos. Hécate camino alrededor de Úrsula, con una expresión que pocas veces  Ethel le había visto: Felicidad y una cierta satisfacción.  Acercándose por detrás, hablándole al oído, mientras miraba a Ethel.

—     Es tu oportunidad Úrsula, dile a Ethel lo que dijiste frente al consejo mágico— pronunciando más su sonrisa, volviéndose macabra— solo para salvar la vida de Sibyl y Esmeralda— sintiendo una falsa vergüenza hacia ella.

—     Madre ¿De qué está hablando? — volteándola a ver. No entendiendo lo que estaba pasando

Pero incluso antes de que Úrsula pudiera contestar. Hécate le había mostrado a Ethel las memorias de su madre con un hechizo de revelación. Un humo blanco se posó sobre ella, enseñándole cuando hablo frente al consejo de magico, diciendo de la manera más fria posible sobre la preferencia de sus otras dos hijas.

—     ¿Úrsula entiendes el peso de tus palabras? —pregunto el gran mago — No volverías a ver a tu hija— dudando de su decisión — ¿Por qué ese cambio?

—     Todos en esa sala saben mi preferencia por mis otras dos hijas. No es ningún secreto. Si tengo que elegir— dijo — elijo a Esmeralda y a Sybil. Con ellas perdurara nuestro linaje. Es simple supervivencia su señoría.

Ethel no pudo apartar la mirada de aquellas imágenes. Sintió como si una parte de su corazón se partiera en dos. Movía su cabeza de un lado a otro. Negándose a creer  que fuera verdad.

—     No me pondrás en contra de mi familia Albert. ¡No va funcionar!— mirándola con rabia.

—     ¿Asi? — apareciendo frente a ella sin dejar de sonreír— Entonces ¿Por qué no te escuchas tan segura?

—     ¡Ethel! Puedo explicar….— pero Hecate la miro y con un movimiento de su mano, le cerro su boca.

La señorita Hardbroom volvió agitar su mano, enseñándole otras memorias de cuando era mas joven. Todas eran de sus propios recuerdos de ella. De los mas dolorosos que había tenido.

—     ¡Ethel! Esta vez si te sobrepasaste, ¡por tu culpa Esmeralda perdió sus poderes! ¿Cómo pudiste hacerle eso a tu propia hermana? — mirándola inquisitivamente.  Pasando a otro recuerdo—¡Ethel porque no puedes ser más como tu hermana!...

—     No le importas Ethel— volviendo a cambiar el recuerdo— Siempre te ha estado excluyendo…mira

Albert esta vez no le mostraría las veces cuando estuvo sola en su casa. Sino las pocas, o contadas veces en que había recibido atención de su madre. Y con eso, termino de destrozarla.

—     Admítelo Ethel… tu madre jamás te quiso. Eres una carga para ella, para tu familia

—     ¡No la escuches Ethel! — gritando Úrsula, deshaciendo el hechizo que le había impuesto Albert— ¡Eso no es verdad!

Ethel se dejo caer al suelo. Agachando su cabeza. Úrsula no podía creer lo que estaba viendo. Era la primera vez que veía a su hija de esa manera. Derrotada, vulnerable

—     Fuiste un error Ethel — dijo Hardbroom acercándose más a ella, tomándola de su mentón. Mirandola a los ojos. Quería verla cuando el lazo entre ellas se rompiera. Cuando el escudo que la protegía desapareciera.

Úrsula miraba el humo blanco, mirándose a si misma. Dándose cuenta ya muy tarde, que se habia equivocado en la forma en como la había tratado todos estos años. Había sido demasiado cruel, fría con su propia hija. 

—     ¿Ethel? ¡Ethel! ¡Eso no es cierto, no fuiste un error! — haciendo un esfuerzo para que la escuchara— Yo… tenía miedo…  de perderte. Hice lo imposible para no formar lazos, porque…— costándole trabajo decirle la verdad — no quería sentir nuevamente el dolor... de una perdida…mi hermana…. Mi padre…lo siento tanto— dijo Úrsula con lágrimas en los ojos— me equivoque. Yo falle, no supe cuidarte…

Ethel alzo su mirada, cruzándola con la de su madre. Y antes de que pudiera decirle algo. Hécate se volteo, y miro a Úrsula con una sonrisa maliciosa sobre su rostro.

—     Lo siento Úrsula, pero las oportunidades se acabaron—mientras tomaba de los hombros a Ethel y se la llevaba hacia el cielo— es demasiado tarde jajajaja… ¡DEMASIADO TARDE! JAJAJAJAJA

Ella miro rápidamente hacia el cielo y sintió un enorme pavor al ver que el tiempo se había terminado. La luna estaba en su punto más alto y la protección que había sobre Ethel  estaba desapareciendo.

—     ¡Nooo!­— dijo Úrsula tratando de liberarse desesperadamente.