En ocasiones, una extraña claustrofobia le
acosaba a través de las paredes de su despacho. Era un hombre poderoso. Era el
Ministro Mágico francés. ¿Desde cuándo el poder era claustrofóbico?
Loring se rascó el pico de viuda que le nacía
de la frente al analizar por segunda vez al hombre que se alzaba imponente al
otro lado de su escritorio. Lo había visto las suficientes veces en su vida
como para saber que él era la causa de la inoportuna claustrofobia que sentía
en ese instante. Su hermanastro.
Poseía un rostro sin sangre, unos ojos negros
como el más oscuro pozo del mundo, y unos dientes afilados que aterrorizaban a
los grandes depredadores animales. Su cabello era tan negro como su iris y fino
como las hebras de lino que surcaban la túnica roja que llevaba puesta. Su
juventud y sus rasgos delicados le hacían temerle incluso en sus recuerdos.
-Estamos en proceso, Señor.- respondió Loring
con cuidado.- Limpiaremos sin problemas todo aquello que usted considere una
molestia. - los ojos del depredador seguían esperando más explicaciones.-
Un cambio brusco en el sistema no sería recomendable para el Ojo. Si tenemos
en cuenta los factores que propician nuestra entrada en el poder, la cautela es
un elemento importante.
-A Tristan McOrez no le importan los cambios
bruscos, Loring.- el Ministro estaba acostumbrado a que su superior se
refiriese nombrase a sí mismo siempre en tercera persona.- Si algún
individuo tiene algún problema con eso, la eliminación resulta una solución
apta. No tenga usted miedo de despertar dudas entre los que se creen
protectores de los inválidos. ¡Las dudas son buenas!- río de forma macabra y
Loring secundó su burla.
-De acuerdo, Señor.
El hombre de rasgos procedentes de una Europa
profunda y antigua se dio la vuelta y abrió la puerta del despacho de par en
par.
-Que todos mueran hasta que la encontremos
a ella.
- AD EUNDUM QUO NEMO ANTE IIT! -respondió efusivamente, con
el saludo que solo podían permitirse aquellos con una serie de éxitos a sus
espaldas.
BREVE NOTA DEL AUTOR:
Espero que este epílogo y final
de la segunda entrega os encuentre, lectores, en la mejor de las condiciones en
vistas del tiempo que corremos. Espero que esta historia y las actualizaciones
diarias os estén haciendo esta situación más amena y entretenida. A mí, como
intento de escritora, me está sirviendo bastante.
Aquí se acaba la segunda entrega…
Pero la historia sigue. Mañana tendréis el inicio de la tercera entrega. ¡Estoy
muy emocionada de estar llegando tan lejos!
Espero poder leeros algún día o
seguir haciéndolo, como en el caso de mi más fiel lector. Vuestras teorías.
Vuestros shippeos. Vuestros spoilers, si llegáis a acertar (aunque nunca os lo
diría).
Espero que todo os vaya bien.
Un cordial saludo,
Carax.