|
||||
![]() |
Menú
|
La Tercera Generación de Hogwarts
(ATP)
Por Carax
Escrita el Martes 6 de Junio de 2017, 16:59 Actualizada el Lunes 25 de Enero de 2021, 16:18 [ Más información ] Tweet
(IV) Capítulo 34: Sobre lo perdido
Se acercaba la final del Torneo de Quidditch. Todos los alumnos, después una de las etapas más duras que superaron en Hogwarts, se preparaban para celebrar. La victoria podría venir de Ravenclaw o de Gryffindor. Daba igual. Simplemente querían lanzar colores para bañar de rojo o de azul las gradas. Para cubrir el negro de las banderas. Para salir de la burbuja oscura en la que se habían quedado. Aún quedaba para que Lucy Weasley pudiera celebrar sin sentirse culpable por ser la única que quedaba viva de su familia. Les hacía creer a todo el mundo que no estaba tan mal. Seguía con las rondas. Quedaba con Marrs, Morrit y Jenkins. Y, aparentemente, podía llegar a subir las comisuras de sus labios y convertirlo en una sonrisa. Hasta que recordaba que su padre estaba muerto. Que su madre estaba muerta. Que habían sido asesinados por su hermana mayor. La cual también estaba muerta. Resopló. Miraba al castillo desde el reflejo que le ofrecía el Lago Negro. Se había propuesto llorarles en soledad. No quería que los que habían recuperado su interés en ella creyeran que era débil. Frágil. No quería ser la Lucy Weasley que era antes. La que se había enfadado tanto con su mejor amigo que se tuvo que infiltrar en el maldito Ojo para huir de su rencor. O la que ni se molestó en preocuparse por su antigua pareja, la cual había sufrido un accidente y se batía en duelo con su memoria. Había sido egoísta. Y no había ganado nada en absoluto por eso. Se parecía a su padre. Era algo que no quería aceptar. Pero después del reportaje de Rita Skeeter en El Profeta, dudaba de si era una Weasley como lo eran el resto de su familia. Si compartía sus valores. «Percival Weasley, el ambicioso Weasley que fracasó». La periodista recordaba cómo su padre se había posicionado en favor del Ministerio de Magia y se separó de su familia para apoyarlo. Como, desde pequeño, aspiraba a ser Ministro de Magia. «El único Weasley que se opuso a la Orden del Fénix mostrando su disgusto devolviendo el tradicional suéter de Navidad a su madre sin nota». «Con su particular y pomposa forma de hablar que pensaba que le hacía sonar superior al resto». «Ni siquiera acudió a la boda de su hermano mayor avergonzado por su comportamiento». «Se preocupó más por sí mismo que por su familia». Lucy sabía aquello por las bromas de sus tíos. Por las explicaciones fundamentadas que corregían la interpretación que podía tener sobre sus hijas. Y el fervor interés de su padre en que fueran amables con la familia Weasley. Su hermana mayor era muy parecida a su madre, Audrey. Pero Lucy acabó siendo una niña egoísta casi tanto como su padre. Solo le interesó lo que sentía y las relaciones adolescentes en las que estaba inmersa. La hundieron más que la muerte de Roxanne. Solo se preocupó por ella cuando Louis estaba tan mal que decidió casi suicidarse yéndose a Francia. Cuando su hermana había sido objeto de los experimentos del Ojo y ella, la única persona a la que su hermana le contaba lo que hacía en su rutina, la ignoró deliberadamente. Cuando sus padres fueron asesinados y ella ni siquiera les había mandado una carta desde que llegó a Hogwarts. Les echaba de menos. Quería decirles que lo sentía. Que los quería. Algo que nunca les había dicho. Y, si lo hizo, fue hace tanto que ni se acordaba. Sollozó. Lucy Weasley se percató de algo. No se lamentaba por el pasado. No derramaba lágrimas por el pasado perdido. Sino por el futuro perdido. No por lo que no había pasado. Sino por lo que nunca podría pasar. Sus padres nunca verían que su hija habría madurado. O que tenía una ambición sana por ayudar a los demás. Para ellos, siempre sería la niña egoísta que solo intervenía para contar sus problemas. Los cuales no tenían importancia. ¡Qué estúpida había sido! Nunca se sentirían orgullosos de ella. Y ella nunca estaría orgullosa de sus propias acciones. Pues sabría que no habría nadie que sonriera con tanta satisfacción como su padre cuando Molly recibió el Premio Anual. Lo había perdido. Había perdido la oportunidad de que su padre estuviera orgulloso de ella. También había notado que, pese a ser guardiana de Hogwarts, estaba muerta de miedo cada vez que alguno recordaba que iban a formar parte de una misión del Departamento de Seguridad Mágica. Todos sus primos estarían en peligro. Cada vez que alguien mencionaba a Louis Weasley. Se preguntó si el miedo que sentía alguna vez se evaporaría. El miedo a seguir perdiendo a aquellos a los que amaba. ¿La consumiría el miedo? Sentía que su poder se desvanecería. Sería conquistada. Quizás no todo en la vida debía ser bonito y duradero. La vida le había enseñado que las personas llegaban a su vida para enseñarle qué estaba bien. Qué estaba mal. Quién podía ser. Hacerla sentir mejor, aunque solo fuera un rato. O quizás solo para pasear. O para contarle cuentos por la noche. No todo el mundo estaba diseñado para quedarse con ella para siempre. Debía seguir adelante. Y dar las gracias por todo lo que a ella le habían aportado. -Lucy -la llamó una voz. La joven se giró para ver a la figura masculina que se alzaba sobre ella. Arrugó el rostro. -Te he estado buscando -Anunció su tío Charlie. -Uno de los Aurores me ha dicho que te ha visto por aquí… -Se acercó a ella. Se agachó. Se sentó sobre la misma piedra en la que ella reposaba. Lucy, escéptica, entornó los ojos hacia él. -El director Longbotton me ha dicho lo que tienes planeado para el año que viene -Anunció el director. No la miraba. Miraba el castillo. Ella no dijo nada. -No tienes que demostrarle al mundo quién eres si tú aún no lo sabes -Dijo. La joven enmudeció. ¿Desde cuándo su tío le daba lecciones de vida? Arrugó aún más el rostro. Ni que la conociera. Ya le había contado Fred que su tío le ofrecido un puesto como ayudante. Avisándola de que iría tras ella después. Era el que debía de hacerse a cargo de ella, ¿no? Pues no lo necesitaba. Ella ya había arreglado su futuro sin la ayuda de nadie. -Voy a ser Auror -sentenció Lucy Weasley. -Es un trabajo complicado -terció su tío. -Son unas pruebas muy difíciles. Ella bufó. -¿Me vas a ofrecer ser también tu ayudante? -Espetó. Su tío soltó una leve risa. -No -Dijo. Negó con la cabeza. -Sólo te recuerdo que no tienes por qué enfrentarte a unas pruebas tan peligrosas si no te sientes preparada… -Pero quiero hacerlo -Lucy cruzó una mirada desafiante con su tío. -Tengo nota suficiente. Aurores me han estado entrenando para ser guardiana de Hogwarts… -Lo sé -Interrumpió su tío. Le obsequiaba calma. O eso intentaba. -No dudo de tus capacidades, Lucy. No me refiero a eso… -Suspiró. -Acabas de perder a tus padres y a tu hermana. Sientes ira en tu interior. Enfado. Y ganas de destrozar a quien te ha hecho sentirte así… Por eso creo que debes dejar un tiempo -Le aconsejó. -Son pruebas que jurarán con tu mente… Te destrozarán si no lo has llegado a superar… El Departamento necesita a personas con templanza. -El Departamento necesita a personas dispuestas a arriesgar su vida para proteger a los demás -Corrigió Lucy. Tenía fuego en su mirada. -Y a mí ya no me queda nada que perder. Su tío Charlie asintió. No lo dudaba. Aún le estremecía pensar en lo que le esperaba el año siguiente. Tan solo unos meses, realmente. -¿Y por qué te vas a sumar al grupo de Edward Whitehall? -Interrogó. Lucy dio un respingo. No esperaba que su tío hubiera descubierto aquello. Ni siquiera que Neville Longbotton lo supiera. Creyó que su conversación con el Auror americano cuando lo encontró patrullando Hogwarts había sido confidencial. Supuso que eso era Charlie. Su nuevo tutor. Su nuevo guardián. Y tenía muchos más contactos que su padre para hacerlo. -Tú no eres una cazadora del Ojo, Lucy -Aclaró su tío, refiriéndose al grupo por como se denominaban. -No eres Auror. -Está buscando a jóvenes que vayan a presentarse a las Pruebas -Rectificó Lucy. -Es demasiado peligroso… Además, ni siquiera ha sido aprobado por el Ministerio -Insistió Charlie. -Whitehall quiere cazar a los miembros del Ojo para torturarles, sacarles información y, si no lo hace, matarles… Son técnicas bastantes americanas… Con las que pocos están conformes… ¿Por qué quieres formar parte de eso? -Preguntó. Su tío estaba terriblemente preocupado por la decisión que ya había tomado Lucy. No era una misión suicida. Tenían métodos. Tenían a criaturas informando. Tenían un plan. No era una misión suicida, pero sí para su inocencia. -No es por lo que piensas -Aseguró Lucy. -Pues dímelo -Rogó Charlie. Su tío respiró profundamente. Su padrino se sacudió el pelo largo que le llegaba por la cintura hacia atrás. -Se supone que debo protegerte, Lucy… Y tu primera decisión ha sido unirte a un escuadrón de asesinos liderados por un hombre de dudosa moralidad… -Precisamente porque yo sí tengo moral debo unirme a ellos -Volvió a desafiarle con la mirada. -Sé que Whitehall irá uno a uno sin piedad. Sé que nos hará torturar. Lanzar maleficios. Que será aún peor que las pruebas normales de los Aurores. Cazará uno a uno hasta que le cuenten todos los planes… Irá a por los más débiles… Los jóvenes recién reclutados… Uno a uno. Aunque sea un ejército… Sé que no parará… La ira de la que hablas… Por muchos años que pasen, él la sigue teniendo… Y no dudó en meter a tía Ginny en Azkaban… ¿Qué pasará si otro de los nuestros está en otra situación complicada? Louis es ahora del Ojo, ¿recuerdas? Tengo que salvarle.
![]()
Potterfics es parte de la Red HarryLatino
contacto@potterfics.com Todos los derechos reservados. Los personajes, nombres de HARRY POTTER, así como otras marcas de identificación relacionadas, son marcas registradas de Warner Bros. TM & © 2003. Derechos de publicación de Harry Potter © J.K.R. |