-Karen, despierta-me zarandeó Gacrux. 

Él estaba encima de su lado de la cama, de rodillas. Me zarandeaba mientras Lyra y Altair me miraban desde los pies de la cama. 

-¿Qué pasa?-pregunté estirándome. 

-Tenemos que ir a Grimmauld Place-sonrió mi marido- Antares y Eltanin están, Lyra y Altair están, yo estoy, tú no estás-sonrió. Era como un niño. Sonreí yo también- Desayuna y vístete, te esperamos en el salón.

Los tres salieron corriendo, dejándome sola y sonriente. Me vestí con unos vaqueros, una camisa de asillas negra, una bufanda beige, y unas zapatillas. Bajé a la cocina y desayuné. Fui al salón, donde mi marido e hijos mayores estaban sentados en el suelo, como indios y en círculo. Hablaban bajito, tramando algo. 

-¿Qué ideáis?-les pregunté, burlona.

-Como apoderarnos del planeta-sonrió Altair.

-Venga, genios del mal, tenemos que irnos-cogí en brazos a los mellizos, mientras Gacrux cogía a Altair.

Lyra fue a por los Polvos Flu. Primero fue ella, después Altair y Gacrux y por último Antares, Eltanin y yo. Nos aparecimos en la casa de mi tío, quién estaba acostado en un sofá junto a Alphard. Vanessa llegó de las habitaciones y nos dio un abrazo. Me di cuenta de que no éramos los primeros. Los gemelos, Kiara, Julia, Bill, Charlie, Meridiem y Sur ya estaban ahí. Julia parecía deprimida, triste, los ojos no le brillaban ni el pelo. Estaba encogida en la silla y miraba melancólicamente el suelo. De repente, Remus, Kingsley, Tonks, Moody, los señores Weasley, Ron y Ginny llegaron también. 

-Hola-dijo la señora Weasley y abrazó a sus hijos gemelos y mis hermanas.

-¿Falta alguien?-pregunté, dejando a los cuatro niños en un sofá.

-Sí, Ila, Amy, Dabih, Aleska y las gemelas Thomson-dijo Vanessa, poniendo algunas cosas sobre la mesa. 

-Ila no creo que venga-comentó Kiara- Estaba bastante afectada el otro día.

-¿Afectada?-preguntó Sirius.

-Tonterías de ella-dijo.

-Percy la animará-dije- Siempre lo consigue.

-¿Percy?-preguntó el señor Weasley- ¿Están juntos otra vez?

Cuanta comunicación... Asentí. 

-Y espero que esta sea la definitiva-sonreí.

Percy me despertó para que fuera a Grimmauld Place, ya que citaban a la Orden. Yo le aparté una vez más y gruñí un casi imperceptible "vete".

-Venga Ila-insistió una vez más.

-Percy, parecerá una guardería, con todos los niños y sus felices padres-me senté, cruzada de brazos.

-Debes hacer un esfuerzo, Ila-me dijo- Piensa en que puede que ayuden a Karen, ya sabes en el gran lío en el que está metida-ante mi silencio volvió a hablar- Aunque no vayas a la reunión, Ila. Llevas unos meses bastante deprimida, pero lo de tu primo te devastó-asentí- Y desde entonces no haces otra cosa que dormir, beber y fumar-miró las colillas casi consumidas- Y la verdad, antes te tenía más controlada en eso, pero ya no sé lo que te metes-se levantó para tirar a la basura las colillas. Se sentó a mi lado de nuevo- Miremos esto así, ¿vale?-me miró y me encogí de hombros- Imagina que soy el ex-drogadicto-una mueca de horror me salió sin querer- Y después de estar unos meses deprimido, empiezo a fumar de nuevo, pero tú ya no sabes ni lo que es. Después de empezar a fumar, empiezo a beber de nuevo, pero bebidas muggle incluido-miro a las sábanas- Obviamente tendrías miedo-hizo que le mirara- Miedo de que volviera a recaer en ese mundo. ¿Tú que harías?

-No lo sé... Intentaría ayudarte y comprenderte...

-Pero imagina que las drogas me han dejado tan destrozado, que si vuelvo a ellas en menos de un año moriría seguro-eso me dejó helada.

-Tú no puedes morir por drogas-reí nerviosa.

-Pero tú sí-me miró con dureza- Y aunque las dejes en unos meses, tus posibilidades para ser madre serían de cero entre un billón-me senté contra la pared y empecé a llorar. Él sabía que ese tema me dolía. Se sentó a mi lado y suspiró. Después me abrazó- Lo siento si he sido muy duro, pero tienes que asumir la realidad-le devolví un abrazo largo- Pero te prometo que, en menos de cinco años, tendremos un bebé.

-¿Seguro?-pregunté- Al fin y al cabo, sigues teniendo diecinueve años.

-Lo sé, pero me da igual-sonrió- Mientras tú seas feliz, yo seré feliz.

-Menudo cliché-reí.

-Pero es cierto-me estrechó entre sus brazos- Ahora entiendo a los cursis que decían esas cosas-reímos- ¿Irás a Grimmauld Place?-preguntó después de un rato de silencio.

Asentí, no muy convencida. Me vestí, con unos vaqueros, un jersey, unos Converse, una bufanda y mi típico gorro. Cuando me iba a ir, miré a Percy, que leía un libro en el sofá.

-¿Vienes?-le pregunté.

Él negó.

-Eso es secreto-sonreí y me desaparecí.

Ya toda la Orden estaba en Grimmauld Place, a excepción de Ila, aunque llegó en poco tiempo. Vanessa subió con todos los niños. Cuando empezó la reunión, al cabo de un rato, las luces empezaron a parpadear hasta que se apagaron. Una gran nube de humo negra nos envolvió. Ahí estaban, los Lestrange, Greyback, Yaxley y algunos otros que no conocía. El hombre lobo miró a Charlie y a Meridiem.

-Un placer volver a veros-les dijo, burlón.

-Greyback, métete con alguien de tu tamaño-le dije.

-¿Habéis oído? Ella, Kiara Black, a afirmado que...-le interrumpí.

-Que eres imbécil e inútil, por lo que no eres rival alguno para ellos, te dejarían hecho polvo en menos de lo que esperas-dije, sonriente.

-No hemos venido a eso, Greyback-le dijo Bellatrix cuando fue a por mí. La mujer señaló a Karen- Hemos venido a por ti.

Antes de que pudiéramos reaccionar, se la habían llevado. Mientras algunos intentaban calmar el ataque de ansiedad a Amy y Gacrux, otros buscábamos donde podían haber ido.

-Espera...-dijo Ila- Amy, ¿tú no fuiste a por mortífagos?-ella asintió- ¿Donde quedaba?

-Según oímos... Cambiaban de lugar diariamente...-dijo hiperventilando- No quiero asustaros, pero si sale viva será un milagro-miró a Ila- No sabéis lo que pasó ahí...

-Cuenta-pidió Gacrux. Amy replicó con un "pero"- ¡Pero nada! ¡Tengo derecho a saber por qué mierda se han llevado a mi mujer!

-¡No me grites, americano! ¡Yo también estoy preocupada!-le chilló Amy. Después de un rato suspiró- Vale...-dijo ya más calmada.

Nos contó lo que había pasado. Cuando acabó, Gacrux empezó a llorar.

-Karen no saldrá viva de ahí-dijo Félix Wood- Ellos mataron a mi hermana y su marido delante de mis sobrinos, y no fue una muerte bonita precisamente.

Oliver le dio un codazo a su padre. 

-Karen es una mujer fuerte, no le pasará nada, Gacrux-le alentó el escocés.

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